Diario de Campo 36


La situación de observar historias ajenas no es una invención de este siglo, y menos de la televisión. El teatro y después, el cine enfatizaron en eso, lo que mostraba eran cosas que le pasaban a la gente. Para el semiólogo español de Roman Gubert, “Los reality shows son la continuación directa de las telenovelas que hicieron furor en los 70 y 80.
La efectividad de las telenovelas se basaba en la seducción que implica el poder espiar las pasiones ajenas. Lo que ocurre ahora es que esas pasiones ficcionales fueron reemplazadas en la actualidad por las pasiones de la vida reala, en que las lagrimas y el semen son de verdad”.